Origen, causas y síntomas de una de las patologías oculares más frecuentes.

Todo lo que necesitas saber sobre la sequedad ocular y la razón por la que su nombre puede dar lugar a confusiones.

Seguramente hayas oído hablar antes de esta molestia. Es probable que hasta ahora no te hayas parado a pensar en ella mucho más allá de lo que dice su nombre: sequedad en los ojos. Pero si estás leyendo esto, también es probable que tengas alguna duda sobre ella o que sientas alguna molestia que pueda ser síntoma de que la sufres.

Lo primero: ¿qué es el Ojo seco?

Por ahora su nombre es útil, nos da una buena pista. La sequedad ocular aparece cuando perdemos hidratación en los ojos, es decir, cuando nuestras lágrimas no los lubrican de forma adecuada. Esto puede darse por dos razones:

  • Lágrimas insuficientes, cuando no se producen las suficientes lágrimas para hidratar el ojo.
  • Lágrimas de baja calidad, lo que provoca que se evaporen a una velocidad excesiva, debido a problemas como la disfunción de las glándulas de Meibomio o inflamación del párpado (blefaritis).

Cuando se da una de estas situaciones, la hidratación de los ojos es insuficiente y se produce un daño en su superficie. Esa es la razón por la que puedes empezar a notar molestias y falta de confort ocular.

¿Cuáles son sus causas?

Su sencillo nombre empieza a ser paradójico cuando toca hablar de los factores que lo provocan. Es una enfermedad compleja y multifactorial. Puede aparecer por muchas causas, por una sola o por la combinación de varias. Entre ellas están los factores ambientales, problemas hormonales o derivados de enfermedades y tratamientos… Además, suele ser más común en mujeres y en personas de edad avanzada. Pero no todo son malas noticias, gran parte de los factores externos que causan esta afección son prevenibles:

  • La larga exposición frente a pantallas (ordenador, móvil, tablet…).
  • Los ambientes con excesiva concentración de humo, aire acondicionado o calefacción.
  • Los viajes de larga duración.
  • El polvo en contacto con los ojos sin una correcta higiene posterior.
  • La exposición a luz directa excesiva.
  • El uso continuado de lentes de contacto

Vayamos al grano: ¿cuáles son sus síntomas?

Aunque muchos de los factores de riesgo puedan evitarse, hoy en día es muy difícil esquivarlos. Es probable que últimamente te hayas encontrado con alguno de los que hemos mencionado o incluso con todos ellos.

¿Cómo saber entonces si tienes Ojo seco? El nombre también puede jugarnos una mala pasada, ¡sus síntomas no tienen por qué ser “secos”! Pero no te preocupes, aquí tienes una lista de las molestias más comunes que produce:

  • Escozor y quemazón
    ¿Tienes la misma sensación que cuando pelas una cebolla sin estar cerca de ninguna cebolla?
  • Irritación
    ¿Todo te produce molestias en los ojos?
  • Picor de ojos
    ¿Tienes más ganas de rascarte que con ese jersey de lana antiguo?
  • Sensación de “arenilla” en los ojos
    ¿Sientes como si tus ojos se hubieran llevado toda la arena de la playa?
  • Enrojecimiento
    ¿Te miras al espejo y tienes los ojos rojos como si no hubieses dormido en toda la noche?
  • Visión borrosa ocasional
    ¿A veces sientes que ves igual que una cámara desenfocada?
  • Sensación de cuerpo extraño
    ¿Parece que se te ha metido algo en el ojo pero no encuentras nada?
  • Mucosidad
    ¿Notas secreciones viscosas alrededor de tus ojos?
  • Sensibilidad a la luz
    ¿Te escondes de la luz directa como si fueras un vampiro?
  • Dificultad para usar lentes de contacto
    ¿Te ves obligado a ponerte las gafas más de lo que te gustaría?
  • Ojos llorosos
    ¡Aquí está la trampa! Puedes tener más lágrimas de lo normal, es la respuesta del cuerpo a la irritación que se produce.

Estos síntomas pueden agravarse en ambientes con poca humedad o mucho viento, y también si fijas la vista durante ratos prolongados o parpadeas poco.

La sequedad ocular puede ser muy incómoda, y si no la tratamos de forma adecuada puede afectar a nuestro día a día. Por suerte, existen cuidados y productos con los que podrás sentirte más cómodo. Uno de los más comunes son las lágrimas artificiales: gotas oftálmicas que hidratan y alivian las molestias oculares. Las lágrimas artificiales más eficaces son aquellas sin conservantes y con una alta concentración de ácido hialurónico.

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